Peregrinaciones - LOS ROMEROS Barcelona

La primera peregrinación a Almonte de la Hermandad Nuestra Señora del Rocío Los Romeros se llevó a cabo en 1989. En un principio se pensó organizar el viaje para el Pilar, pero al final por cuestiones de tiempo se decidió aprovechar el puente de la Purísima. Los hermanos y hermanas viajaron en autocar hasta Huelva, aprovechando para visitar en Jerez las bodegas de Fino Currito, donde además de las instalaciones de la empresa pudieron disfrutar de una capea y una demostración de doma ecuestre. Una vez en la aldea del Rocío, celebraron la Santa Misa ante la Señora y vivieron unos días de convivencia antes de volver a Barcelona.

No fue hasta 1995 que no llegó la segunda peregrinación a tierras onubenses. En esa ocasión, el viaje se llevó a cabo durante la Candelaria. El 1 de febrero comenzó la peregrinación y Los Romeros pasaron la noche en la casa de hermandad de Espartinas (el tesorero de Los Romeros, Benito Sáez, era natural de la localidad sevillana, de ahí el acercamiento entre las dos hermandades). Durante la peregrinación, la hermandad se acercó hasta Huelva para visitar el monasterio de Santa María de la Rábida, así como hasta el puerto de Palos, para conocer más de cerca las carabelas que utilizó Cristóbal Colón en su viaje a las Indias. De vuelta al Rocío, la Hermandad Ntra. Sra. Del Rocío de Los Romeros invitó a los hermanos y hermanas de Espartinas a cenar en el Restaurante Casa Isidro. Al día siguiente, se trasladaron hasta Villamanrique para hacer el camino hasta el Rocío. En el camino, organizado por Espartinas, se rezó el Ángelus y se comió en la Raya (papas guisás, un plato cocinado entre todos). Una vez en el Rocío,  se llevó a cabo una misa ante la Señora en la que se le presentó el primer guión, bendecido por el padre José Manuel al llegar a la Aldea y donado por la hermana de Los Romeros Carmen Carrasco. La última noche, la Hermandad de Espartinas invitó a Los Romeros a una cena, y su posterior juerga, en su casa de hermandad.

En 1999, la hermandad acordó llevar a cabo las peregrinaciones a Huelva siempre en el puente de la Purísima. Ese año, gracias a la intercesión de José Pavón, hermano de Los Romeros y de la Hermandad de Córdoba, la hermandad andaluza cedió la casa de hermandad en el Rocío a los hermanos y hermanas de Barcelona. El Hermano Mayor de Córdoba y toda la junta de gobierno estuvieron muy atentos de que no faltara de nada a los rocieros que venían de Cataluña. Durante los días de peregrinación, Los Romeros viajaron a la localidad sevillana de Cabezas de San Juan, con cuya hermandad se hermanaron gracias al contacto de Francisco Sorbes. Los hermanos sevillanos enseñaron el pueblo a Los Romeros y les mostraron la ermita de Cotenza, situada a las afueras del pueblo y donde se guarda una réplica de la Virgen del Rocío. En ella se llevó a cabo una misa cantada por el coro de la hermandad sevillana, tras la cual se desarrolló un día de convivencia en el que los hermanos de Los Romeros pudieron conocer a Poli, gran poetisa y gran mujer, a Carmen y Pepe, presidente de la hermandad, y a Rubén, miembro del coro de la hermandad y director del coro de campanilleros “Los Canasteros”. Un contacto que sería muy útil para los posteriores encuentros de coros rocieros por villancicos.

Después del día de convivencia en Cabezas de San Juan, Los Romeros se desplazaron a Almonte para visitar la iglesia de la Asunción. Tras la visita, iniciaron el camino de los Llanos hasta llegar al Rocío. Durante el camino, una vez almorzado y rezado el Ángelus, se llevaron a cabo los bautizos en el pilón del camino. Una vez ante la Señora, en una misa oficiada por el padre José Manuel, los hermanos y hermanas de Los Romeros dieron gracias por los días tan increíbles de convivencia en tierras andaluzas..

En 2001, y tras la buena experiencia de la anterior peregrinación se decidió que se peregrinaría a Almonte cada dos años. De nuevo se contacta con la Hermandad de Córdoba para poder utilizar su casa de hermandad, y antes de llegar a Almonte se hace un alto en el camino para celebrar una misa rociera en una de las capillas de la catedral de Córdoba. De nuevo el recibimiento de los rocieros andaluces es extraordinario, y de nuevo Los Romeros comienzan el camino en Almonte y lo concluyen con una misa ante la Blanca Paloma.

Dos años después, en 2003, la Hermandad Nuestra Señora del Rocío Los Romeros repiten experiencia con la Hermandad de Córdoba, aunque las inclemencias del tiempo impiden que se pueda realizar el camino. Ese año se coincide con la Hermandad Nuestra Señora del Rocío Divina Pastora de Mataró, que también peregrinó en esas mismas fechas. El año 2005, aprovechando el traslado de la Virgen del Rocío de la Aldea a Almonte, la hermandad alquiló una casa y la peregrinación se realizó en agosto, en lugar de en diciembre, para poder vivir uno de los momentos más impresionantes en la vida de un rociero.

En 2006, en lugar de pernoctar en la casa de hermandad de Córdoba se alquiló una casa. El simpecado de Los Romeros, que siempre había viajado con la hermandad y había estado presente en las oraciones de los rocieros barceloneses, estuvo a punto de poder entrar en el Santuario y presidir la misa. Un malentendido con el nuevo párroco de Almonte hizo creer a Los Romeros que era posible entrar con el simpecado en la celebración de la misa, pero al final tuvo que quedarse fuera. De todos modos, fue muy emocionante ver el simpecado de Los Romeros tras las tamborileras de Almonte por las arenas del Rocío. Desde aquí, el agradecimiento y las disculpas a la Hermandad Matriz por el equívoco. Esa fue la primera vez que la hermandad celebró la misa en Almonte desde el fallecimiento del padre José Manuel Berdala, por lo que ofició la misa el padre Quevedo, consiliario de la Hermandad de Córdoba. Por último, recordar también que el mal tiempo casi impide que se lleve a cabo el camino, pero una pausa en la lluvia al final lo permitió.